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13/6/13

On'yomi y Kun'yomi

Hoy toca hablar de lengua japonesa, concretamente de las escrituras y su pronunciación. Es bien sabido que los japoneses tienen tres modos de escritura (sin contar con el romaji o transcripción al alfabeto latino), que podrían agruparse en dos grupos:
- Kana: silabarios compuestos de ideogramas auténticamente japoneses, llamados katakana (empleado para palabras de origen extranjero y bastantes nombres propios) y hiragana (principalmente para todo lo demás, como palabras de origen japonés, flexiones de los verbos...).
- Kanji: ideogramas de origen chino, que llegaron a Japón en el siglo IV, y que tienden a utilizarse para representar conceptos de todo tipo (día, mes, agua, tierra, escuela, alto, azul...).
Cualquiera que haya estudiado estas escrituras sabe que la última es, con diferencia, la más difícil. Primero porque existen más de 11.000 kanji diferentes, de los cuales 1.945 son considerados "de uso común". También porque, a diferencia de los silabarios, muchos de los kanji tienen una gran multitud de trazos, y recordar su ejecución en ocasiones no es nada sencillo. Pero hay una tercera dificultad: mientras que los silabarios tienen una pronunciación que no varía (す siempre se leerá "su"), salvo algunas excepciones, los kanji admiten dos tipos de lecturas diferentes.
Pero antes de explicar esto, quería poneros un ejemplo que considero bastante gráfico. Se trata de una escena de El viaje de Chihiro, película que recomiendo a cualquiera que no la haya visto. Atención a la escena: