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29/8/12

Breve aproximación al arte japonés (parte II): Edad Antigua

Periodización de la Edad Antigua (古代 Kodai)
-Periodo Asuka (552-710): Es en este periodo cuando el budismo entra en Japón, produciendo un gran impacto a nivel estético y artístico, beneficiando especialmente al arte del gobierno del príncipe Shōtoku, que favoreció el budismo y la cultura en general. Gran parte de la arquitectura de periodos anteriores se perdió, sustituyéndose los diseños de líneas sencillas sintoístas por la magnificencia proveniente del continente. El edificio más importante de este periodo sería el templo de Hōryū-ji (607), un conjunto de edificios donde destacan la pagoda (edificio de varios niveles muy representativo del budismo), el Yumedomo ("salón de los sueños") y el Kondō ("salón dorado").
También destaca el Santuario Itsukushima (593), construido sobre el agua, y cuyo torii ya se puso en la entrada anterior. Podéis ver la división de sus edificios pinchando aquí. Ambos conjuntos han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.

La escultura, de tema budista, se realizaba en madera o bronce. Destacaba sobre todo la imagen de Kannon, el nombre japonés que se le dio al bodhisattva (término budista para definir a aquel que se ha embarcado en busca de la suprema iluminación) Avalokiteśvara (Guanyin en chino). En general, se crean obras de un estilo severo, anguloso y arcaizante.
Estatua del príncipe Shōtoku 
Bodhisattva Kannon






















La pintura seguía los patrones chinos: en tinta o pigmentos minerales sobre seda o papel, en rollos de pergamino o colgando de la pared. Denota un gran sentido del dibujo, con gran originalidad, destacando el relicario de Tamamushi, con bandas de filigrana de bronce y varias escenas en óleo sobre madera lacada.

-Periodo Nara (710-794): Durante este periodo se estableció la capital en Nara, primera capital fija del mikado (Imperio de Japón). Esta época supuso el apogeo del arte budista. Para los japoneses, el arte chino era lo que para los europeos es arte grecorromano: el reflejo de la armonía y la perfección. La ciudad de Nara se construyó siguiendo una planimetría reticular. Dentro de la ciudad, se otorgó la misma importancia al palacio imperial que al monasterio principal, el Tōdai-ji, dentro del cual destaca el Daibutsuden, el "gran salón de Buda" (el edificio de madera más grande del mundo), con una estatua de bronce del Buda Vairocana (Dainichi en japonés).
Pabellón del Daibutsuden
Estatua del Buda Vairocana













En cambio la Pagoda del Este de Yakushi-ji (680) supuso el intento de los japoneses por buscar un estilo propio, alejándose de la influencia china. Al contrario que las pagodas chinas, destaca por su verticalidad, alternando tejados de distinto tamaño. Como santuario sintoísta destaca el Fushimi Inari-taisha (711), dedicado al espíritu de Inari, deidad japonesa de la fertilidad, el arroz, la industria, la agricultura y el éxito en general. Este santuario es conocido principalmente por los miles de toriis rojos que delimitan el camino, donados por particulares, familias o compañías, buscando el beneplácito de Inari como protector de las cosechas.
Yakushi-ji
Toriis de Fushimi Inari-taisha













En pintura, destaca la decoración mural de Hōryū-ji (finales del siglo VIII). También surgieron diversas tipologías, como el kakemono ("pintura colgante") y el emakimono ("pintura en rollo"). A mediados del periodo se puso de moda el estilo pictórico de la dinastía Tang, siendo buen ejemplo las pinturas murales de la tumba Takamatsuzuka, datado en torno al año 700




-Periodo Heian (794-1185): En este periodo subió al gobierno el clan Fujiwara, que implantó un estado centralizado inspirado en el gobierno chino, con capital en Heian (actual Kioto). Fue aquí cuando surgieron los grandes señores feudales (daimyō) y la figura del samurái. También fue en esta época cuando surgió la escritura hiragana, adaptando la caligrafía china al lenguaje silábico japonés.
Al romperse las relaciones con china se produjo un arte típicamente japonés. La iconografía budista importó dos nuevas sectas provenientes del continente, Tendai y Shingon, que incorporaron elementos sintoístas y produjeron un gran sincretismo religioso propio de esta época.
Alfabeto hiragana, con el orden en que se deben realizar los trazos.
NOTA: los caracteres "wi" y "we" han quedado obsoletos
Este cambio hacia un arte propiamente japonés tuvo una repercusión en arquitectura, propiciando un cambio en la planta de los monasterios, que se erigían en lugares apartados para favorecer la meditación. Destaca entre otros templos el Enryaku-ji, que forma parte del conjunto de Monumentos históricos de la antigua Kioto, declarados Patrimonio de la Humanidad. Este templo fue fundado en el 788 por Saichō, quien había introducido la secta budista Tendai en Japón. Enryaku-ji es un conjunto de templos que en su día llegó a contar con unos 3.000, pero fueron destruidos la mayoría por Oda Nobunaga en 1571. De la parte que quedó en pie destacan el Saitō ("salón del oeste") y el Tōdō ("salón del este"), donde destaca la construcción más representativa del Enryaku-ji, el Konpon chūdō, dentro del cual se encuentra una estatua de Buda que esculpió el propio Saichō, el Yakushi Nyorai.
Konpon chūdō
Durante el periodo Fujiwara (897-1185) el templo volvió a situarse en la ciudad, como centro de reunión de los altos cargos. La arquitectura religiosa imitó a la de los grandes palacios, con decoración muy desarrollada, como es el caso del monasterio de Byōdō-in -también llamado "monasterio del Fénix"-, fundado en 1053. En este templo destaca el Hōōdō ("Salón del Fénix"), al borde de un estanque, lo que le proporciona una apariencia muy espiritual, con unas líneas dinámicas donde destacan los tejados de esquinas curvilíneas. En este salón se conserva una estatua de 2,5 metros del Buda Amida ("Señor de la Luz Infinita").
Templo de Byōdō-in
Salón del Fénix, a través del cual se ve la cabeza del Buda Amida
Buda Amida
La escultura sufrió un ligero descenso en comparación con épocas anteriores. De nuevo destacan las representaciones de Buda (Yakushi Nyorai o Amida Nyorai, siendo ese "nyorai" un término equivalente a "Buda") además de la representación de dioses sintoístas, pero la rigidez del estilo budista limitaba muchísimo la espontaneidad y originalidad del artista, mermando su libertad creativa.

La pintura también estaba poco desarrollada, con poca libertad creativa y ausencia del concepto de espacio. La aparición de la escuela de yamato-e ("pintura japonesa") supuso la total independencia del modelo chino. Este tipo de pintura se caracteriza por su armonía y su concepción diáfana y luminosa, con colores vivios y decoración geométrica. Destacan los murales del Salón del Fénix del Byōdō-in, donde los paisajes reflejan ya esa melancólica emotividad propia del arte japonés. En estos paisajes hay sustituciones de elementos chinos por otros japoneses: cambian ciruelos nevados por cerezos en flor, cumbres montañosas por arrozales... De esta manera, junto a otros elementos como orquídeas, bambú, la luna, la niebla, el mar... se crea por primera vez un arte paisajístico puramente japonés. También será típico de la pintura japonesa la composición asimétrica, el espacio vacío, el ambiente etéreo, el movimiento ondulado, lo anecdótico y cotidiano, el color en manchas en vez de en pinceladas... Aún y así, la pintura china (kara-e) siguió prosperando en el círculo imperial, al estar ligada al prestigio funcionarial. Un ejemplo de esta pintura china sería el Biombo de los sabios.

Alfabeto katakana. Los japoneses poseen tres tipos de alfabetos: dos silábicos (este y el ya mencionado hiragana) y uno destinado a representar conceptos. NOTA: Al igual que en el hiragana, los caracteres "wi" y "we" han quedado obsoletos
Mientras tanto, la pintura yamato-e se fue desarrollando en los manuscritos denominados emaki, uniendo las escenas pictóricas con el alfabeto katakana. Dichos rollos narraban pasajes históricos o literarios, destacando la Historia de Genji (Genji Monogatari), novela del siglo X escrita por Murasaki Shikibu. Curiosamente, aunque el texto era llevado a cabo mediante grandes calígrafos, tanto la escritora del texto original como quienes ejecutaron las imágenes eran mujeres, lo cual desembocó en una diferenciación entre el arte de los hombres (otoko-e), de influencia china, público, más narrativo, enérgico y realista, y el de las mujeres (onna-e), más propiamente nipón, privado y con una peculiar estética femenina.

Escena del Genji Monogatari

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