Ainu con su ropa tradicional |
Dejemos por un momento del tema de mangas y animes para aproximarnos brevemente al arte japonés.
Una de sus principales características es su eclecticismo, pues al ser un país costero recibía continuamente la llegada de diversos pueblos. Los primeros pobladores de Japón (los Ainu, que aún hoy se cuentan unos 15.000 japoneses descendientes suyos) procedían del norte y este de Asia. Más tarde, llegaron del sudeste asiático grupos de raza malaya, desplazando a los Ainu hacia el norte.
Una de sus principales características es su eclecticismo, pues al ser un país costero recibía continuamente la llegada de diversos pueblos. Los primeros pobladores de Japón (los Ainu, que aún hoy se cuentan unos 15.000 japoneses descendientes suyos) procedían del norte y este de Asia. Más tarde, llegaron del sudeste asiático grupos de raza malaya, desplazando a los Ainu hacia el norte.
En general, a pesar de estar algo aislada, a lo largo de su historia ha recibido a intervalos continuas influencias continentales, sobre todo de China y Corea, forjándose así un arte ecléctico y abierto a la innovación.
Además, como en casi todo el mundo, gran parte del arte en Japón ha sido de tipo religioso: a la religión sintoísta, típicamente japonesa, se le añadió más tarde la budista, formando de nuevo un sincretismo que perduraría durante siglos.
Torii flotante de Itsukushima. El torii es un arco de entrada a los santuarios Shinto |
Para entender el arte japonés hay que tener en cuenta la estrecha interrelación que existe entre el hombre y la naturaleza, otorgando un gran valor a la imperfección, al carácter efímero de las cosas, al sentido emocional que el hombre establece con su entorno... Su concepto de la belleza es inseparable de la calma, la armonía y la tranquilidad que se busca a través de un estado de contemplación. De la misma manera que en la ceremonia del té importa el ritual y el estado contemplativo, de la misma manera que a la hora de comer importa más la percepción sensorial de esa comida y el sentido estético otorgado a un acto cotidiano que la cantidad de alimentos en sí, de esa misma manera los artistas japoneses buscan crear una vinculación con su obra, algo que les ayude a mejorar esa comunicación con el ambiente que les rodea.
El arte japonés, al igual que su filosofía, es propenso a la intuición, la falta de racionalidad y la expresión de emociones y pensamientos por medio de sencillos actos, e incluso a menudo de manera simbólica. Otro de sus fundamentos es la economía de medios: téngase en cuenta que el motivo principal a representar es la naturaleza en sí. De esta manera, se podría hablar de una representación naturalista, pero que queda tan sólo esbozada, en busca de algo más trascendental a partir de una posterior interpretación del espectador. Esta simplicidad provocó en pintura un dibujo lineal sin perspectiva y con una gran abundancia de espacios vacíos, mientras que en arquitectura queda plasmada en elementos sencillos y lineales, con planos asimétricos, buscando lo dinámico y lo estético.
Periodización de la prehistoria (al ser esta muy extensa, además de acortar en la medida de lo posible, lo haré en varias entradas. Aquí está la periodización del arte prehistórico japonés):
-Paleolítico-Periodo Jōmon (11.000 a. C.-500 a. C.): En los yacimientos Jōmon se han hallado instrumentos de hueso, piedras pulimentadas, cerámica y figuras antropomorfas. De hecho, la cerámica de este periodo es la más antigua producida por el ser humano (derecha). Los primeros restos hallados de alfarería, datados en torno al 11.000 a. C., eran pequeños recipientes tallados a mano, de lados pulidos e interiores amplios, con sentido puramente funcional y decoración austera. Estos vestigios corresponden a un subperiodo "prejōmon" (11.000-7.500 a. C.) al que sucedió el "Jōmon arcaico o temprano (7.500-2.500 a. C.), con cerámica hecha a mano y decorada mediante incisiones con cuerdas, presionadas sobre la cerámica antes de cocerla. Pocas veces recurren en este periodo a la decoración figurativa. Por último -la subdivisión podría ser más larga, esta es una subdivisión básica-, estaría el "Jōmon tardío" (2500-400 a. C.), donde los recipientes volverían a ser más naturales, menos elaborados. Además de vasos, también se han encontrado figurillas antropomórficas o zoomórficas hechas en cerámica.
-Periodo Kofun (300-552): Supuso la consolidación del estado central imperial, que controlaba los principales recursos, como el hierro y el oro. El nombre del periodo viene por unas características tumbas de cámara y de corredor llamadas kofun ("tumba antigua"), sobre las que se distribuían grandes túmulos de tierra. Destaca, entre otras, la del emperador Nintoku (395-427) donde se encontraron joyas, armas, sarcófagos, cerámica y unas figuras de soldado en terracota que recibieron el nombre de haniwa, formadas por un pedestal cilíndrico y medio busto. Estas figuras tenían unos 60 cm y sin más expresión que meras hendiduras en ojos y boca.
Kofun de Nintoku, tumba más grande de Japón |
Haniwa |
En cuanto a arquitectura religiosa, durante este periodo se construyen los primeros templos sintoístas (jinja) en madera, sobre una plataforma elevada y con paredes desnudas o tabiques corredizos, con pilares que sostienen el tejado a dos aguas. En su entrada es donde se sitúa el torii. Destaca el santuario de Ise, que se reconstruye cada veinte años desde el siglo VIII. Es el santuario sintoísta más importante de Japón, y su acceso está restringido (de hecho, sólo se puede ver a cierta distancia desde una valla). Tiene dos complejos, el occidental, dedicado a Amaterasu, y el oriental, dedicado a Toyouke Ōmikami (diosa del vestido, el alimento, la vivienda, la agricultura y la industria). También es muy importante el templo de Izumo Taisha, cuya construcción se atribuye a Amaterasu. Sus edificios principales son el Honden (santuario interior) y el Haiden (exterior).
Santuario de Ise |
Honden del Izumo Taisha |
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